viernes, 8 de agosto de 2008

Con el olor no se apuesta.

No cabe duda que en el casino se viven emociones fuertes que en algún momento dado te pueden hacer sudar como nunca lo habías hecho. Los nervios, la intriga y la tensión acumulada en el desarrollo del juego se transforman en forma de sudor en mucha gente y puede dar lugar a situaciones un tanto abrumadoras.

Es el caso de Michael Wax al que su afición al juego le ha llevado a una de estas situaciones. Ocurrió en el Casino de Atlantic City, cuando sus doscientos kilos de persona fueron obligados a retirarse del casino como respuesta a las quejas de los ciudadanos que allí se encontraban, debido al fuerte olor que emanaba el jugador.

Según la versión de Michael, la causa de su olor penetrante que se extendía a lo largo de toda la sala, era debido a que “había estado jugando 17 horas seguidas al poker y no tuve tiempo de ir a ningún sitio para asearme”.

Esto demuestra el poco respeto y sentido común que tienen algunas personas cuando pierden la orientación del tiempo. Una vergüenza.

No hay comentarios: