
Müller de 28 años y portero del Kölner Haie, que no pierde la esperanza de vida, está dispuesto a seguir jugando y defender la portería de su equipo. Casado y padre de dos hijos, no quiere hablar de su enfermedad y según declaraciones insiste que no va a cambiar sus hábitos de vida, puesto que el tumor no le duele y se siente bien. Ha asumido que tiene que vivir con ello y no quiere que nadie sienta compasión por él. Y en unas declaraciones afirmaba: “Quiero que me traten como si fuera cualquier otro”.
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