viernes, 28 de noviembre de 2008

El peligro de los fuegos artificiales en los estadios de futbol.



Gracias a la suerte el jugador Conor Hagan, del Linfield, un equipo irlandés que se enfrentaba al Cliftonville durante la final de la Copa, sigue con vida. El jugador fue alcanzado por un fuego artificial que los aficionados, por llamarles de alguna manera, tiraron antes del comienzo del encuentro.

El fuego artificial alcanzó a Hagan en la espalda justo antes de su explosión, que cayó al suelo conmocionado. Afortunadamente el cohete exploto justo después de golpearle, porque de haberlo hecho en el impacto, habría tenido unas consecuencias terribles.

Finalmente el futbolista fue atendido por los servicios médicos y salió ileso. El partido terminó con la victoria del Cliftonville, pero esto es lo de menos puesto que, la tragedia podía haber sucedido una vez más. Después del partido hubo enfrentamientos entre los seguidores y las fuerzas de seguridad.

Conor Hagan salió por su propio pie del estadio y pudo explicar que sintió un golpe en la espalda y acto seguido se produjo una enorme explosión, que le dejo en estado de shock por unos segundos.


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