Más tarde la dirección del Portuguesa, aclaró que las cuatro personas que habían entrado al vestuario eran dos consejeros del equipo junto con sus guardaespaldas y no tienen ningún miedo a las represalias que la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y del Tribunal de Justicia Deportiva puedan adoptar, puesto que aseguran que las personas que entraron son de la casa y tienen derecho a acceder a las instalaciones.
Los jugadores también han recibido amenazas telefónicas de muerte a consecuencia de los malos resultados. En especial los delanteros Heverton y Edno. El entrenador comentó que ni en partidos del gueto ocurren actos así.
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