viernes, 10 de abril de 2009

Tras una gran confusión el conductor nos salvó la vida.


En la CEV Cup, el Unicaja Almería, tras terminar su encuentro decidió quedarse a ver la final que disputaban el Lokomotiv ruso y el Panathinaikos griego. Esta decisión les pudo salir muy cara tras los graves incidentes que se protagonizaron después del partido.

Cuando terminó el partido, el estadio en el que se enfrentaron quedó vacio en pocos segundos debido a los gases lacrimógenos que lanzó la policía. Un momento de caos reinaba en el ambiente. Los aficionados del AEK de Atenas enemigo a muerte del Panathinaikos, había tirado numerosos cócteles molotov.

Tras conocer los incidentes la policía indicó a los 50 integrantes españoles, tanto prensa como jugadores que se quitaran todo lo que llevaran de color verde puesto que los radicales incidían en ese color.

Cuando ya parecía que todo había pasado, aparecieron unos 400 radicales que dirigieron su mirada al autobús del Almería. Vieron que había logotipos y camisetas de color verde y fueron a por ellos. En ese momento el conductor del autobús grito que eran el Unicaja, al grito de españoles y los radicales se dieron cuenta que no eran a los que ellos perseguían y se fueron.
Finalmente la expedición pudo seguir su curso, pero con uno de los mayores sustos que han pasado hasta la fecha.

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