jueves, 10 de abril de 2008

Valencia, otra catedral del tenis.

El nuevo gran edificio llamado Ágora, diseñado por el arquitecto valenciano Santiago Calatrava se añade a los ya existentes a la Ciudad de las Artes y Ciencias que dará al conjunto un toque todavía de mayor ambición y amplitud.

Según el equipo de arquitectos de Calatrava el edificio tendrá 70 metros de altura, y su diámetro mayor será de 88 metros, mientras que el eje menor será de 66 metros. El aforo se calcula entre 5.000 y 6.000 personas y su superficie de casi 5.000 metros (ha sido aumentado respecto a la idea inicial del proyecto) y dará lugar al escenario a partir de octubre de 2009 del Open Comunidad Valenciana. La pista será de colores naranjas identificadores de la Comunidad Valenciana.

La obra supera los 55 millones de euros y estará ubicado junto al puente de la Serrería, también diseñado por Calatrava, con su peculiar estilo, de tirantes, y tendrá una cubierta móvil que hace que parezca en cierto momento las dos alas del casco de Jaume I. La obra cuenta con un presupuesto de 55 millones de euros y verá la luz a finales de este año.La parcela que va a ocupar es la última que queda libre, junto a l'Oceanogràfic (el único edifico de la Ciudad de las Artes y las Ciencias que Calatrava no había diseñado). En los terrenos adyacentes es donde el arquitecto prevé que se levanten sus rascacielos en forma de busto.

Santiago Calatrava arquitecto de fama mundial nacido en Benimamet, muy cerca de la capital del Turia, vio con buenos ojos que el Ágora sirviera para reunir una semana al año a los mejores tenistas del circuito.


Dentro del museo Príncipe Felipe se instalara la zona de Prensa y dos superficies de entrenamiento, con el único factor en contra que tienen una altura de tan solo 6 metros. Aunque no seria ningún problema ya que los tenistas podrían desplazarse a cualquier pabellón como ocurre cuando se celebra el Roland Garros.
Ecclestone dio el visto bueno a su amigo Etienne de Villiers, presidente de la ATP, comentando que sería un marco incomparable para disputar el evento, como también ocurrió con el Gran Premio de Automovilismo.

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