El pasado mes de febrero se cumplieron 50 años del trágico accidente que tuvo en Munich el equipo del Manchester.
Desde entonces recordamos el fatal accidente que sesgó la vida a parte de la generación de jugadores más prometedora de Inglaterra. Un conjunto que, con un promedio de 24 años, ya había conquistado dos Ligas consecutivas (1956 y 57) y se sentía en condiciones de disputarle al Real Madrid la supremacía europea.
Desde entonces recordamos el fatal accidente que sesgó la vida a parte de la generación de jugadores más prometedora de Inglaterra. Un conjunto que, con un promedio de 24 años, ya había conquistado dos Ligas consecutivas (1956 y 57) y se sentía en condiciones de disputarle al Real Madrid la supremacía europea.
En el accidente ocho jugadores del Manchester United, y otros 15 pasajeros, murieron cuando se estrelló el avión que les trasladaba a su ciudad.
El equipo que era liderado por el escocés Matt Busby, supo dar entrada en el año 1952 a una serie de jóvenes talentos, incluso reclutados desde equipos escolares como Duncan Edwards, que no tenían rival en torneos juveniles.
Los "Busby Babes" ganaron su primera Liga con un promedio de 22 años y, con 24, comenzaban el asalto de Europa, con Duncan Edwards como estrella.
Dicen que el equipo estaba destinado a la grandeza. Nadie puso límites a lo que podría haber ganado aquel equipo. La eternidad le ha convertido en el campeón de campeones.
Los "Busby Babes" marcaron el estilo del Manchester, un juego ofensivo que estaba obligado a darle el gran momento de la semana al aficionado, que trabajaba el resto de días con el único consuelo de lo que iba a ocurrir en ese partido.
La pérdida de ocho jugadores, dos técnicos y un directivo, del total de 23 personas que murieron en el accidente de Munich, no sólo marcó el futuro del club, obligado a refundarse, sino que le dio su seña de identidad.
El viaje de ida transcurrió según lo previsto, con repostaje en Munich incluido, pero a la vuelta, tras conseguir el pase a la Semifinal europea después de empatar contra el Estrella Roja (3-3), todo fue distinto.
El avión aterrizó en Munich para repostar y seguir viaje hacia Inglaterra. En los pasajeros presidía la inquietud, que se incrementó tras el fracaso de los primeros intentos de despegue. El hielo amenazaba la maniobra, pero el capitán del avión Thain emprendió un nuevo intento. El aparato, un Elizabethean de la compañía BEA, no logró elevarse. Perdió velocidad en el último tramo de la pista, probablemente debido al hielo, y se estrelló contra la red de seguridad del aeropuerto. Luego, golpeó a un camión cargado de gasolina y el ala izquierda y la cola de la nave chocaron contra una casa deshabitada. Eran las 15.04 horas.
Siete jugadores (Geoff Bent, David Pegg, Eddie Colman, Roger Byrne, Mark Jones, Tommy Taylor y Billy Whelan) murieron en el acto y Duncan Edwards quince días después.
El técnico regresó a Manchester 71 días después y, pese a que al principio renegó del futbol, las imágenes del Mundial de Suecia 58, el primero que se televisó, le hicieron cambiar de opinión. Decidió recomponer el equipo, con un juego ofensivo, que diez años después de la tragedia reinó en Europa, con Denis Law, Bobby Charlton y George Best.
Han pasado 50 años desde el accidente de Munich. El Manchester United se hizo fuerte y venerado. Convirtió la tragedia en una fuente de inspiración para sus jugadores y aficionados.
Bobby Charlton, que sobrevivió al accidente cree que fue sólo por suerte y se pregunta una y otra vez, “ ¿Por qué sobreviví yo y los demás no? “Lo que recuerdo es despertarme a 30 metros del avión”.
Charlton perdió la consciencia con el impacto y no recuerda nada del accidente. Harry Gregg fue el que le rescato y le saco fuera del avión. Charlton paso varias semanas en el hospital y le informaron de la muerte de Duncan, la cual, le afecto muchísimo porque comento que era su héroe y que nunca había visto jugador igual.
Van Nistelrooy sabe de primera mano el sentimiento que aquella tragedia de Munich despierta en Manchester. El delantero blanco comento que aquello marcó al club y perdieron una generación de futbolistas espectacular. Esto estará en la memoria del club y de los jugadores, como el reloj de Old Trafford, que detenido a la hora de la tragedia es un símbolo de recuerdo.
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