Esta sanción tiene de particular que es la sanción más larga por un incidente entre un jugador y un aficionado desde marzo de 1982, cuando por aquel entonces otro jugador de los Canucks, Doug Halward fue suspendido por siete partidos.
Todos los clubes y jugadores son informados antes de cada temporada por el comisionado Gary Bettman sobre las condiciones de juego, donde está reflejado que en ningún caso está permitido el contacto físico con los aficionados.
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