El joven jugador quedó en el terreno de juego inconsciente con traumatismo craneoencefálico y se temió por su vida, pero gracias a la rápida actuación del portero rival, Alberto, enfermero de profesión todo terminó en un susto. Alberto se encargó de que Mario no se tragara la lengua y le introdujo el tubo de Guedel.
La tragedia volvía a la mente de la familia, puesto que un hermano de Mario falleció en un campo de fútbol por una muerte súbita. Finalmente fue trasladado al 12 de Octubre donde se recuperó del traumatismo.
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