El patinador acabó en una décima posición y se fue a celebrarlo al terminar la competición. Comenzó tomando un vehículo prestado en una estación de servicio, pero fue visto por uno de los empleados que avisó a la policía y siguió al vehículo hasta que llegaron los refuerzos. Pocos minutos después la policía detuvo el coche y trasladó al patinador a prisión bajo una fianza de 100.000 dólares.
Finalmente el joven de 23 años, fue acusado de cargos como robo y conducción de vehículo no autorizado con el agravante de embriaguez. Aunque según declaraciones de su abogado, asegura que tiene “serias dudas” sobre los cargos que le imputan de conducir borracho y robo.
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