Un ejemplo claro lo vemos en la decisión que el árbitro malagueño Daniel Hierrezuelo, tomó cuando estaba pitando el partido que enfrentaba a Cajasol – Suzuki Manresa. A falta de 18 segundos para el final del segundo cuarto, decidió parar temporalmente el partido tras denunciar al delegado del club sevillano que desde la grada se escuchaban graves amenazas hacia su persona.
El partido que estuvo parado durante cinco minutos se reanudó después de que el director general del club hispalense, Juan Llaneza, pidiera desde megafonía que no hicieran esos comentarios.
Hierrezuelo, comentó que no tiene ningún problema con que le llamen hijo de puta, pero que le amenacen de muerte, dijo, que no lo va a consentir y espera que el Comité Antiviolencia tome las decisiones oportunas, puesto que el partido está grabado y las amenazas se escuchaban perfectamente.
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