Gracias al director del equipo, Patrick Lefevere, las cosas han mejorado y con los consejos que ha recibido está mucho mejor. El problema que tiene Boonen es que su carácter notablemente competitivo, le hace serlo en todo, hasta a la hora de beber.
Tiene que conocer cuáles son sus límites y a partir de entonces controlarse para no volver a caer en la trampa, porque según el corredor francés, bebía hasta tal punto que luego no se acordaba de nada.
Esperemos que finalmente remonte este bache en el que tantas personas suelen caer y que tantas complicaciones acarrea.
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