Los agentes policiales tuvieron que emplearse a fondo para que no se produjera un nuevo enfrentamiento y finalmente 27 policías antidisturbios resultaron heridos y 23 aficionados fueron el balance final de la carga policial.
Los incidentes que protagonizaron los hinchas, fueron después de que disputaran el partido sus equipos y en el enfrentamiento llegaron a lanzar desde piedras, hasta fuegos artificiales, con la respuesta de la policía que utilizó cañones de agua.
El partido estaba declarado de alto riesgo, puesto que el pasado enfrentamiento entre los clubes terminó con ocho personas hospitalizadas y cinco de ellos policías.
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