Este es el caso de Mario Rolando Ortega, entrenador del Ciclón boliviano, que tras alinear a cinco jugadores extranjeros a la vez en vez de cuatro que son los reglamentarios, hizo que el club no pudiera jugar el ascenso a la Primera División de fútbol boliviano.
Un error que los aficionados del conjunto no entendieron y en un acto de rabia atacaron la casa de Ortega.
Finalmente fue cesado de su cargo y el Ciclón tendrá una oportunidad más de optar por el ascenso al jugar con el Wilstermann, afectado por el descenso indirecto.