Hablamos del boxeador escocés Scott Harrison, que tras conseguir el título de campeón de WBO de peso pluma, fue detenido por el robo de un turismo con violencia y golpear a un agente de la Guardia Civil. Terminó condenado por la Audiencia Provincial de Málaga a dos años y medio de prisión.
Los hechos ocurrieron en 2006 en la localidad de Alhaurín el Grande, cuando Harrison, de 29 años, golpeó en la cara a un hombre al que pretendía robarle el coche y amedrentar a su acompañante, una mujer que estaba embarazada y que sufrió una amenaza de aborto. En el traslado al cuartel golpeó a uno de los Guardias Civiles en un ojo y le propinó varias patadas.
El boxeador que quedó en libertad bajo fianza el 13 de noviembre de 2006, fue cabecilla de otro altercado una vez más en Alhaurín el Grande, donde protagonizó una pelea en un club de alterne, que terminó con tres heridos.
Un claro ejemplo, en lo que un deportista no se debe convertir.
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