viernes, 6 de febrero de 2009

Una de apuestas...

El primer nadador en cruzar el canal de la Mancha en 1875, apostó su vida contra 10.000 dólares a que conseguiría nadar en la boca de las cataratas del Niágara y murió en el intento.


Con la edad de 91 años, Arthur King-Robinson, apostó 500 libras a que moría antes de fin de año. William Hill acepto la apuesta y consideró una probabilidad de 6 a 1. El dinero iba a ser entregado a su esposa si ganaba, pero no murió y por lo tanto tuvo que pagar a la empresa.


El británico de 32 años, Ashley Revel, vendió todo lo que tenía: casa, auto, libros, ropas; y con un esmoquin alquilado se fue a Las Vegas y aposto 135.000 dólares a que salía rojo en la tirada de la bola. Esta fue a parar al 7 rojo para la alegría del joven que se marcho a su casa con 270.600 dólares y dejó una propina al crupier de 600 dólares.


David Threlfall, en 1960 apostó en William Hill unas 10 libras a que antes del 1 de enero de 1970 el hombre habría dado el paso de pisar la Luna. Pero todos le tomaron por loco y le ofrecieron el precio de 1.000 a 1. Pero resultó que ganó la apuesta, aunque con poca fortuna. Threlfall se compró un deportivo de lujo y se mató.


Una de las apuestas más tontas, fue la realizada por Matthew Dumbrell que aposto a que el mundo terminaría en el año 2000, pero no dijo quién pagaría la apuesta o quien sería el beneficiario de su dinero. La apuesta se pagaba a 1.000.000 a 1.


A los 70 años, Charlie Boy Smith, apostó que conseguirá vivir hasta los 140. En tal caso recibiría un millón de libras por cada libra apostada.



En 1907, Harry Bensley apostó 21.000 libras a que sería capaz de dar la vuelta al mundo caminando, usando una máscara de hierro, debía empujar en todo momento un cochecito de niño, que debía encontrar esposa durante su viaje (sin que la afortunada viera su rostro) y que tendría que autofinanciarse vendiendo postales con su imagen y cambiándose una sola vez de ropa. Pero la Primera Guerra Mundial interrumpió su intento.


Para los más locos, existe una apuesta que no tiene desperdicio y es que una persona apostó una libra a que Elvis Presley estrellará un plato volador contra el monstruo del Lago Ness, en Escocia. 14 millones es lo que ganaría si acierta.

En 2001, el Totthenham ganaba 3-0 y se enfrentaba al Manchester United. Justo en ese momento un aficionado, decidió nada más y nada menos que apostarse su hipoteca a que el Totthenham ganaba. Pero finalmente el partido terminó con un 5 a 3 a favor del Manchester.



Horatio Bottomley en 1914, compro 6 caballos que correrían en una carrera. Sobornó a los jockeys para que llegaran en un orden determinado y apostó una gran fortuna a este resultado. Pero con tan mala suerte que la niebla impidió conseguir saber quien fue el ganador, declarándola nula y Horatio perdió todo lo apostado.




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