
Han comprobado que los jugadores “piden a gritos ser puestos bajo presión” y para conseguirlo el que llegue tarde a un entrenamiento, una comida o algo por el estilo, deberá pagar unos 10.000 euros, haya sido por media hora como por un minuto. Con esto la multa del club por este motivo ha aumentado en un 200%, desde los 50€ que costaba anteriormente. El propio técnico del club, Pierre Littbarski, reconoció que quizás esta presión es demasiada.
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