Cadel Evans nada más entrar a la meta rompió a llorar junto a su compañero Mauro Santambrogio, porque sabía que el Tour había terminado para él. Durante una etapa dura en la que no pudieron soportar el frenético ritmo de los Astaná.
Finalmente Evans cruzó la llegada 8:09 después del vencedor y tras recibir el parte médico, John Lelangue, su director técnico desveló que tenía una fisura en el codo izquierdo. Aun así consiguió aguantar hasta el final de la etapa y quiso saber si podría correr al día siguiente, pero los dolores eran fuertes y tuvo que decir adiós.
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