El entrañable cefalópodo que ha conseguido revolucionar a todo el mundo consiguió un pleno de ocho aciertos en los ocho partidos en los que pronosticó. El sistema de elección era simple, dos cajas que portaban la bandera de los equipos que iban a jugar el partido y un mejillón en el interior de cada una. Paul se comía uno de ellos en primer lugar dando así su favorito para el partido que curiosamente siempre acertaba.
Finalmente se convirtió en uno de los protagonistas del mundial, puesto que sus predicciones eran retransmitidas en directo por canales de televisión de todo el mundo. Una vez terminado el mundial, Paul volverá a sus labores diarias en el acuario que son entretener a los asistentes y hacer reír a los más pequeños. Además su esperanza de vida no es muy larga puesto que estos ejemplares suelen vivir unos tres años y Paul ya tiene dos y medio.
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