Gascoigne había intentado encauzar su vida una vez más, ahora intentando entrenar a un equipo inglés de categoría aficionada, el Garforth Town.
El ex futbolista había prometido a los dirigentes del club que no iba a cometer los errores que cometió cuando entrenó al Kettering, en el que duró solamente 39 días, porque venía siempre borracho a entrenar, pero finalmente no ha podido guardar la compostura.
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