Los compañeros contaron que había pedido ponerse de portero cinco minutos después de que comenzara el partido porque tenía un dolor en el pecho que le molestaba para jugar.
El muchacho, según fuentes, que estaban viendo el partido, se desplomó cuando faltaban pocos minutos para terminara el partido. Rápidamente pidieron la asistencia de una ambulancia y equipos sanitarios, que intentaron reanimarlo durante una hora sin conseguir nada.
El técnico de la instalación deportiva, aseguró que piensas que esto nunca va a pasar cerca de ti y cuando pasa lo que más sientes es no haber podido hacer nada. También destacó la actuación de los servicios de emergencia que intentaron todo para reanimarle. Le practicaron masajes y utilizaron los desfibriladores, pero sin ningún resultado.
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