El jugador agredido necesitó ser trasladado a un centro hospitalario donde tuvieron que injertarle carne seca en la punta de la nariz, puesto que se barajaron varias posibilidades como insertarle carne de sus propias nalgas. Tras la operación el afectado señaló: “no dejaba que mis hijos y mi mujer vieran la cara, porque parecía un monstruo”.
En el juicio dos rivales identificaron a Celso D. F. como autor de la agresión y según publicó “La Voz de Galicia” se piden dos años de prisión aunque el acusado negó la agresión.
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