miércoles, 24 de febrero de 2010

El entrenador arremete contra sus aficionados.

En ocasiones la afición de los equipos pierde el control y realiza actos que nada tienen que ver con el juego limpio. En este caso, una moneda impactó en la cara de un entrenador asistente de la Universidad de Pittsburgh y fue cuando el Bob Huggins, legendario entrenador de la Universidad de West Virginia, no se cortó un pelo y paró el partido para anunciar por megafonía a los aficionados que lo que estaban haciendo era “realmente estúpido”.

Huggins cogió decidido el micrófono tras hablar con los árbitros del encuentro y pidió por megafonía que hicieran el favor de comportarse y no arrojar nada al campo, puesto que podían lastimar a algún jugador o a los árbitros. Y tras el discurso, la grada aplaudió para condenar esos actos que no traen buenas consecuencias.

Como final del discurso, Huggins no demostró ningún tipo de piedad contra los agresores y pidió que si volvía a ocurrir no dudaran en señalar a los culpables para echarlos del estadio.

1 comentario:

desdelabanda dijo...

Pues este sí que es un tipo sensato. Cuánto deberían otros muchos de él, son los primeros que deben dar ejemplo y acciones como esta son las que escenifican el famoso fair play. Viva Bob Huggins!